Escándalo sexual hunde a Oxfam

Redacción/Mirador Judicial 2018-02-27 09:07:13 Oxfam,abuso sexual

La organización caritativa se encuentra en medio de un escándalo luego de que se descubriera que personal de Oxfam contrató los servicios sexuales de mujeres, cuando una misión de dicho organismo realizaba labores de ayuda en Haití en 2011.




Al menos siete empleados de Oxfam están siendo investigados por denuncias sobre conducta sexual inapropiada en Haití en 2011, cuando personal de esa organización contrató los servicios de prostitutas en medio de las labores de ayuda por el terremoto que devastó a ese país hace siete años.

Adicionalmente, Oxfam investiga a tres de esos empleados que presuntamente amenazaron físicamente a un testigo después de que un directivo filtró un reporte de la investigación a otro miembro del personal, según declaró la agencia internacional de ayuda.

Estas acusaciones de amenazas e intimidación fueron solo algunas de las muchas faltas de ética laboral que se divulgaron cuando Oxfam dio a conocer su informe sobre las actividades de su personal en Haití en 2011, incluida la contratación de prostitutas.

El reporte, de acuerdo con el diario estadounidense New York Times, explica que también se hicieron acusaciones de “explotación sexual y abuso de empleados”, además de contratación de prostitutas, en contra de dos de las tres personas que amenazaron a un colega.


Oxfam suspendió actividades por dos meses en Haití.

No aclara si Oxfam concluyó que las acusaciones de maltrato a colegas eran ciertas, pero sí afirma que ambos acusados, además de otros dos empleados, fueron “despedidos por su total falta de ética laboral” y que uno de ellos “no cumplió con su obligación de proteger al personal”, indicó el rotativo estadounidense.

Oxfam, una de las mayores organizaciones británicas de beneficencia, ya había dicho que tuvo que despedir a cuatro personas involucradas en los trabajos de recuperación tras los sismos de Haití y que otros tres empleados renunciaron durante la investigación o después de su conclusión debido a supuestas acusaciones de que habían contratado prostitutas en las instalaciones del grupo que están ubicadas a las afueras de Puerto Príncipe.

Oxfam también admitió que, después del proceso de despidos y renuncias, no informó a las autoridades de Haití, donde la prostitución es ilegal, y luego contrataron de nuevo a uno de esos empleados como consultor en Etiopía.

Como consecuencia de estas revelaciones, el gobierno británico inició averiguaciones y decidió suspender el financiamiento que le aporta a esta organización. Además, las autoridades de Haití estudian la posibilidad de promover procedimientos legales; uno de los principales ejecutivos de Oxfam presentó su renuncia, y surgieron rumores sobre otras denuncias de conducta sexual inapropiada y explotación en contra de empleados de múltiples grupos de asistencia de varios países.

El presidente de Haití, Jovenel Moïse, declaró para Reuters el viernes que Oxfam solo es “la punta del iceberg” y que es necesario realizar una investigación mucho más amplia sobre las organizaciones de asistencia.

Penny Mordaunt, la ministra del gabinete que encabeza el Departamento británico de Desarrollo Internacional, se reunió la semana pasada con los dirigentes de Oxfam y amenazó con cancelar la ayuda de decenas de millones de dólares que el grupo recibe cada año del gobierno.

El viernes, Mordaunt afirmó que “Oxfam convino en abstenerse de solicitar nuevo financiamiento del gobierno británico hasta que el Departamento de Desarrollo Internacional esté convencido de que son capaces de ajustarse a los altos estándares que esperamos de nuestros socios”.

El director ejecutivo de Oxfam en el Reino Unido, Mark Goldring, ha ofrecido disculpas en varias ocasiones por el episodio de Haití, pero comentó al periódico The Guardian que “la escala e intensidad de los ataques le parece desproporcionados para el nivel de culpabilidad”.

El escándalo estalló al mismo tiempo que algunos legisladores conservadores expresaron su respaldo a una reducción drástica en el gasto público asignado para las ayudas en el extranjero.

En 2011, Oxfam anunció que había descubierto faltas de ética de algunos miembros de su personal en Haití, pero no dio a conocer más detalles y la declaración no llamó mucho la atención. Este mes, The Times of London informó por primera vez que esa falta de ética involucró la contratación de prostitutas y que Roland Van Hauwermeiren, quien fungía como director de Oxfam en Haití en esa época, fue uno de los implicados.

El informe que Oxfam divulgó menciona que se le impusieron medidas disciplinarias a otros empleados, además de los siete que abandonaron el grupo en 2011, incluida una persona que admitió haber filtrado el reporte de la investigación que provocó las amenazas, y otra persona acusada de “violencia hacia contratistas” y maltrato hacia otros trabajadores de asistencia.

Cinco de los siete que tuvieron que abandonar el grupo fueron acusados por colegas y contratistas de “hostigamiento y acoso”, según el informe.

En el documento se señala que, durante la investigación, un gerente compartió información de las pesquisas a otro miembro del personal que no tenía ninguna relación con el caso. “Como consecuencia de esta filtración, tres de los sospechosos amenazaron físicamente e intimidaron a uno de los testigos identificados en el reporte”, por lo que se presentaron cargos adicionales en su contra.

La organización tachó los nombres de todos los miembros involucrados, con excepción de Van Hauwermeiren, quien renunció. No obstante, el grupo indicó que le había entregado una versión intacta del informe a las autoridades de Haití. Aunque Van Hauwermeiren no fue uno de los acusados de hacer amenazas, hostigar o abusar de otros, Oxfam señaló que durante el curso de la investigación admitió haber contratado prostitutas.


En el reporte de la investigación hay señalamiento de abuso sexual y laboral entre los empleados.


Van Hauwermeiren lo negó en una declaración divulgada la semana pasada, en la cual aclaró que tuvo una relación pasajera con una mujer haitiana cuya familia recibía ayuda del grupo, pero que no existió ningún intercambio de dinero.

“No soy perfecto, no soy ningún ángel, sino un hombre de carne y hueso, así que he cometido errores (admitirlo no es nada fácil) y estoy muy avergonzado”, escribió. “Me siento como otro culpable más, pero no de la manera en que lo han presentado algunos medios de comunicación”.