En el conflicto territorial de Guatemala y Belice, los guatemaltecos se han decidido en una consulta popular que debe ser la Corte Internacional de Justicia dirima el conflicto territorial con su país vecino
El diario español El País informó que los ciudadanos de ese país se pronunciaron en favor de dejar en manos de la La Haya la delimitación de las fronteras definitivas entre su país y Belice. Con más de la mitad de los votos escrutados, un rotundo 96% se expresó a favor de saldar el diferendo con su nación vecina, frente al menos del 3% que lo hizo en contra. El abstencionismo supera el 80% del censo, aunque este extremo no tiene incidencia legal en el resultado.
Como era predecible, la asistencia al referéndum fue raquítica. Este hecho es atribuible, en primera instancia, a la falta de cultura política de la población. Desde el fin de las dictaduras militares en 1985, se han realizado dos consultas. El 1994, tras el frustrado autogolpe de Estado promovido por Jorge Serrano Elías, se consultó a la población sobre reformas a la Constitución derivadas del hecho. Ganó el sí, pero a las urnas solo acudió el 15,9% de los convocados. Cinco años después, en mayo de 1999, se realizó una nueva consulta popular. En esa ocasión, para que la población se pronunciara respecto a las nuevas reformas a la Carta Magna en torno a la definición de nación, los derechos sociales de la población y los cambios en el poder judicial. Los guatemaltecos rechazaron la propuesta, pero la participación solo alcanzó el 18,6%.
Y, como denominador común, la incertidumbre. “Para empezar, ni siquiera sabemos oficialmente si Belice hará la consulta y, en su caso, cuándo la hará. Recordemos que en todo caso quien perdería parte de su territorio, así sea mínima, sería Belice”, dijo a EL PAÍS el analista independiente Héctor Rosada. El experto añade que, en el caso de que las dos partes lograran un acuerdo con respecto a que sea la CIJ, la solución definitiva tardaría cerca de 25 años.
Con respecto a qué podría obtener Guatemala del arbitraje, Rosada comentó que, en el mejor de los casos, tener una salida al Atlántico. Pero, ¿quién ganaría con esa salida al mar? “Los de siempre. Los grandes potentados, capaces de invertir en la región. Pero el guatemalteco promedio no ve que gane mucho”. Edgar Celada, director de la revista Análisis de la Realidad Nacional del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Ipnusac), cree que la consulta ha estado manipulada desde el principio. “El tema de Belice ha sido históricamente manipulado por la oligarquía y, en momentos críticos acuden a él para desviar la atención sobre la ilegitimidad del sistema". A esto se suma que Belice es una nación independiente, cuyo pueblo tiene derecho a la autodeterminación y a su integridad territorial. “Dicho esto, lo que los guatemaltecos pueden esperar de un fallo de la CIJ sería una expectativa de paz en la zona. De liberación de tensiones y de crear condiciones para que, en un futuro relativamente mediato, exista una cooperación más intensa entre Belice y Guatemala”, cierra Celada.