Durante estos primeros cinco meses de gobierno el
presidente brasileño Jair Bolsonaro implementó medidas que amenazan los
derechos humanos de su país, como la flexibilización del porte de armas, e
impulsó una retórica que pone en riesgo a comunidades indígenas, denunció Amnistía
Internacional (AI)
"Lamentablemente, la retórica contraria a los
derechos humanos se está transformando en política oficial", dijo en rueda
de prensa en Brasilia Jurema Werneck, directora ejecutiva de AI en Brasil.
AI presentó el informe "Brasil para el mundo", en el
que presenta sus principales motivos de preocupación sobre el país y emite un
mensaje de alerta: el discurso antiderechos humanos que ha marcado la
trayectoria política del presidente, incluida la campaña electoral de 2018,
está comenzando a concretarse en medidas y acciones que amenazan y violan los
derechos humanos de todas las personas de Brasil.
En concreto,
centraron sus inquietudes en torno a ocho temas que incluyen la flexibilización
de la posesión y porte de armas, el paquete de leyes anticrimen del gobierno
Bolsonaro pendiente de aprobación, la política de control de drogas, la
demarcación de territorios indígenas y quilombolas (comunidades formadas por
exesclavos fugitivos), la retórica sobre derechos humanos y la libertad de
expresión.