Proponen senadores que apoyan las reformas a la
legislación federal para emprender un ataque frontal a las empresas fantasma,
venta de facturas y la simulación de operaciones fiscales, crear un régimen de
excepción, el cual permita, como en el
combate a la delincuencia organizada, el uso de testigos colaboradores y
protegidos, así como la intervención de comunicaciones contra evasores y
simuladores fiscales.
Advierten que las autoridades han identificado a células
de delincuentes fiscales peligrosos, “las cuales son grupos organizados y sofisticados que promueven
la evasión fiscal, generan daños extraordinarios a la hacienda pública y
provocan un desequilibrio en la estabilidad económica del Estado”.
En un documento en poder del diario El Universal, en el
que se exponen los argumentos de las reformas al Código Fiscal de la
Federación, a las leyes contra la Delincuencia Organizada y de Seguridad Nacional, y al Código Nacional
de Procedimientos Penales, para considerar como delincuencia organizada la
defraudación fiscal, la compraventa de facturas
falsas y la simulación de operaciones fiscales, se hace notar que se busca
“justicia fiscal y penal”.
El pasado 8 de agosto, se informó que el Senado perfila
la aprobación de una serie de reformas para tipificar como delincuencia
organizada a estos delitos. El proyecto de dictamen —que se prevé sea aprobado
durante el próximo periodo ordinario que inicia en septiembre— busca combatir
a las empresas facturadoras de operaciones simuladas y a firmas fantasma.
En los argumentos de defensa de estas iniciativas se pone
énfasis en que estos “grupos de delincuentes fiscales peligrosos” reúnen las
siguientes características: tienen un objeto social muy amplio, no cuentan con
personal o es insuficiente para efectuar las operaciones especificadas en los
comprobantes, tampoco tienen activos o son insuficientes para efectuar las
operaciones especificadas en los comprobantes que expiden.
Destacan que los ingresos de esos grupos son
desproporcionados en relación con las características del establecimiento
mercantil que factura, además emiten comprobantes fiscales correspondientes a
operaciones que no se realizaron.
Senadores consultados detallan que en caso de que esté en
peligro su vida, los testigos deben ser
protegidos, además de que “las escuchas” deben implementarse bajo autorización
judicial.
Los argumentos indican que, de acuerdo con el Servicio de
Administración Tributaria, en el país hay cerca de 9 mil empresas que facturan
operaciones simuladas, expidiendo, durante los últimos cinco años, más de 8
millones de facturas falsas que suman
1.6 billones de pesos.
El documento
indica que, al combatir este
delito, podría haber un impacto positivo en
rubros como seguridad, infraestructura, salud y programas sociales.