Un estudiante australiano de 29 años que había sido
detenido en Corea del Norte y después liberado, llegó el jueves a Pekín
explicando que se sentía en perfecto estado tras su liberación.
Alek Sigley, uno de los pocos occidentales que vivía y
estudiaba en la capital norcoreana Pyongyang, había desaparecido sin dejar
rastro alrededor del 23 de junio. Este suceso provocó gran preocupación por su
paradero.
recibido ninguna noticia, lo que alimentaba los temores a
que fuese el último de una larga lista de ciudadanos extranjeros detenidos en
este hermético y autoritario país.
"Estoy bien, estoy bien, sí, sí, estoy bien. Muy
bien", declaró en el aeropuerto internacional de Pekín. Cuando se le
preguntó cómo se sentía, respondió: "Fenomenal".
El joven se dirigió después a la embajada Australiana
antes de volver a ser visto en el aeropuerto, donde saludó dando la mano a los
periodistas. Debía viajar a Japón, donde reside su esposa.
El primer ministro, Scott Morrison, anunció su liberación
el jueves en el Parlamento, y añadió que se encontraba "a salvo y
bien".
El padre del estudiante, Gary Sigley, un profesor de
chino y de estudios asiáticos, declaró a los medios australianos que la familia
se sentía "sumamente feliz de saber que estaba sano y salvo". Además
dijo que estaba deseando "abrazarlo".
Alek Sigley fue detenido pocos días antes de la cumbre
del G20 en Japón, a la que siguió un encuentro entre el presidente
estadounidense Donald Trump y el dirigente norcoreano Kim Jong Un en la zona
desmilitarizada (DMZ) que divide la península coreana.